En la licitación solicitamos oferta para la construcción de la casa a los constructores que el cliente decida; también propondremos alguno de los constructores con los que trabajamos.
En esta fase es cuando se construye. Nuestra labor es la de garantizar que se construye según el proyecto y el contrato con la constructora.
El rigor es fundamental para que la construcción avance sin contratiempos.
Para ello hacemos seguimiento y visitas de obra para comprobar el proceso y, en caso necesario, exigir las correcciones necesarias; a costa del constructor.
También estamos atentos a las necesidades e incidencias que pudieran surgir en la obra; como por ejemplo las derividadas de las excavaciones o de las demoliciones y actuaciones en rehabilitaciones.
Para esta fase también se requiere del trabajo del aparejador para hacer la dirección de ejecución de obra. Es una labor fundamental que implica asistencia asidua a la obra y una especial relación con el arquitecto para tratar la evolución día a día de la obra.
También es una tarea fundamental y obligatoria la coordinación de seguridad y salud para reducir riesgos en obra
En esta fase se pueden producir adaptaciones mínimas, como por ejemplo, mover los enchufes o interruptores unos centímetros para poder adaptarse al mobiliario final.
¿Qué no se puede cambiar?
En esta fase no se debería cambiar nada. Sí, puede parecer sencillo mover un tabique o una puerta, cambiar un enchufe o interruptor de pared, mover un baño; pero con los cambios se producen discondarcias en la documentación , o afecciones a terceros (cambiar los circuitos de electricidad). Y la experiencia nos dice que tener planos distintos genera confusiones y errores en obra; lo que supone un sobrecoste adicional.